Vamos de vuelta, al principio de las cosas.
Este sitio me ha acompañado en un proceso interminable de adaptación a la cultura y sociedad islandesa. Comenzó como una especie de diario cibernético, a un sitio de curiosidades sobre Islandia, a un sinsentido en Internet. Por mi camino, uno que apenas se formalizará este año, una vez que me otorguen la ciudadanía (para esa y otras historias, sintonicen nuestras redes por ahí de diciembre), he aprendido (a medias) el idioma, nos hicimos de un patrimonio, regresé a la universidad, estuvimos en pandemia, nos encerramos, salimos, me perdí para volverme a encontrar. Y en medio de todo eso, este sitio se fue transformando con cada una de esas vivencias, compartiendo lo que es digno de compartir a los anónimos de internet. La creatividad es infinita, acá hay mil maneras en que he dado cuenta de mi paso por Islandia: lo que pienso, mis inquietudes y una que otra anécdota personal, de manera literal y escondida entre las comisuras de estos textos.
Los puntos suspensivos se hicieron, por ahí de marzo. Tiempo en que cambiaron de rumbo las cosas. Por una parte, le metí presión a la escritura de mi tesis. Luego, por razones del embarazo, dejé de trabajar para estar lo más tranquila durante la última etapa de ese proceso. Le puse pausa a mis estudios de islandés. Importé a mi hermana. Le ayudé a re-escribir su tesis, lo que me hizo recordar los horrores de mi casa de estudios. Mi hijo nació en medio de todo aquello y, desde entonces, las prioridades han cambiado. Aún estoy tratando de reajustar mi rutina, lo cual ha sido complicado por la propia naturaleza de las cosas. Entre la maternidad, mi recuperación y la lactancia, me ha quedado poco espacio para retomar el mantenimiento del sitio. Y, por si fuera poco, mis padres pisaron tierras islandesas por primera vez en los casi cuatro años que llevo viviendo acá.
La impaciencia del internet se ha hecho presente, ya no hay tiempo para lo que no es inmediato. Estoy de vuelta, con grandes planes para La Ísland y retomar lo que quedó pendiente: un texto que no compartí en Facebook, sobre la IA y el albur (click aquí); un video convertido en texto sobre el islandés y la inteligencia artificial, un ensayo sobre Peter Pan, el Almanaque 2022 (próximamente). Además de hablar de cine contemporáneo, mi regreso a Youtube (espero que se de a finales de este mes), la colaboración con mi hermana La Chinicuila de manera escrita y en audio (muy pronto). Si quieren conocer su recorrido, pueden visitarla en Labrilucha.