Moverse en la Ciudad de México no es tarea fácil. La mayoría de nosotros (los islandeses) estamos familiarizados con los viajes en automóvil, ya que el sistema de transporte público nunca ha estado a la altura de lo que debería ser y lo que te toma, tal vez 10 a 15 minutos en coche, te tardarías 40 minutos en autobús. Así que no es de extrañar que me fascine un sistema de transporte público que funcione, viniendo de un autobús que, además de ser costoso, a menudo no llega a tiempo.
En la Ciudad de México puedes tener un auto y desplazarte bastante bien. Aunque, a menudo, el transporte público puede ser más rápido y más fácil. La ciudad funciona entre “peseros” ( pequeños autobuses verde y blanco, que deambulan por distintas rutas y que la mayoría de las veces, son manejados por un loco conductor que parece estar en una pista de Fórmula 1, en lugar de las concurridas calles de la Ciudad de México, quienes a toda velocidad compiten con otros conductores de peseros para ver quién puede llevar la mayor cantidad de personas) y el sistema de metro (metro y metrobús). Estos forman la columna vertebral del sistema de transporte público, los peseros que te llevan de tu casa a la estación de metro más cercana, en donde viajas pasando varias estaciones, trasbordando donde necesites cambiar, entre alguna de las 12 líneas del metro (sin contar el metrobus, que es un sistema de autobuses con carriles y estaciones exclusivas).
Por supuesto, hay ventajas y desventajas de estos métodos de viaje, el pesero y el metro pueden resultar peligrosos, muchas personas son asaltadas o incluso secuestradas en el camino. Mientras que el automóvil privado brinda cierta tranquilidad, el tener que navegar por las múltiples calles, con el tráfico de la hora pico para llegar a la ubicación deseada, también representa cierto nivel de estrés y ansiedad.
Además de la seguridad de todo el sistema, ya que algunas líneas de metro no están muy bien mantenidas. Recientemente, salió a relucir esto por el lamentable accidente que ocasionó además, el cierre de una línea.
Con la tecnología vienen otras soluciones, como Uber y otros servicios de transporte y movilidad. Éstos tienden a competir con los taxis locales, pero son más seguros ya que los mantiene la aplicación, los conductores y pasajeros están en constante conexión con el sistema a lo largo del camino. Quizás no sea 100% seguro, pero un poco más seguro.
Yo te recomiendo que utilices el sistema de transporte público, me parece ser una alternativa bastante eficiente y muy barata, comparada con el taxi o el coche privado. Sólo ten cuidado y sé consciente de tu entorno, como deberías de estar en cualquier sistema de tren o metro, ya sea aquí, en Estocolmo, Londres o en cualquier lugar.