No sé cuáles sean sus tradiciones navideñas, sin embargo, les puedo contar un poco sobre las mías y cómo son ahora que nos hemos mezclado entre culturas.
Siendo un niño, la Navidad era emocionante. Tener que esperar para abrir los regalos, mientras los adultos tardaban demasiado en preparar la cena, hablando entre ellos en la mesa, mientras nosotros corríamos como locos dentro de la casa, hasta que comenzábamos a abrir los regalos.
Sin embargo, desde que ya no soy un niño, la Navidad es una época para relajarme. No me gusta mucho el ajetreo y el bullicio de la Navidad, andar corriendo para comprar los regalos, en la víspera de la Nochebuena.
Eso es lo que me gusta de mi experiencia de Navidad y Año Nuevo aquí en México. Sin embargo, sé que las familias tienen diferentes formas de celebrar, unas más típicas que otras, con múltiples tradiciones: como la comida, dónde pasar las festividades, etc.
La familia de E. es tradicional, en el sentido de que les gusta celebrar la Navidad en un lugar específico: en la costa del Pacífico mexicano. Fuera de eso, no hay otras tradiciones. La Navidad y el Año Nuevo suelen ser con un pequeño grupo de personas, comiendo una buena comida, jugamos cartas, charlamos y la pasamos bien. Dado que todos son adultos, tal vez tiende a ser más relajado que con niños.
Es divertido ver las luces navideñas y los adornos de muñecos de nieve, renos y el tradicional Santa de Coca Cola, en la costa del Pacífico, en medio de los treinta grados Celsius. Hablar con mi familia por teléfono, sin playera, luego de estar en la playa bebiendo tequila de un coco, mientras que ellos pasan el frío invernal, es bastante chistoso. Me gusta mucho, debo decir, además, estaría más que dispuesto a dejar el frío y la oscuridad del norte, por una Navidad más cálida y acogedora.