Nordimex: Crónica de un islandés en México

Nota en 2023: Nunca traduje estos artículos, y creo que merecen su espacio en el sitio principal. Puedes checar el artículo en inglésaquí.

Por fin pude llegar a México. Me encanta ir durante el oscuro invierno de Islandia. Recibir la luz del sol y el calor, tan necesario, es el mejor momento para ir. No tanto por México en sí, sino por lo que te hace falta en la helada isla que es Islandia.

Como he viajado varias veces a México, ya estoy bastante familiarizado con lo que debo hacer. Llegas, esperas en el avión, sales del aeropuerto y ... ¡bum! ¡La humedad y el calor te golpean la cara! Luego, te diriges a seguridad, para una hermosa espera de 30 a 60 minutos, donde sólo un tipo trabaja con toda la fila de extranjeros que ingresan al país por el aeropuerto más grande de México. Al menos, los que cuentan con pasaporte mexicano, pueden saltarse esta línea e ir directamente a la línea “local” que suele estar atendida por alrededor de cinco personas.

Realmente no hay mucho más que decir sobre la llegada, aparte de la espera en inmigración, mi experiencia en el aeropuerto ha sido bastante fluida. Esperaría más medidas de seguridad debido al COVID, sin embargo, no hubo ninguna ... Una mujer oficial me preguntó de dónde soy, al responder Islandia, dijo: "¡Está bien! siga adelante".

Mientras vamos a casa, desde el aeropuerto, siempre recuerdo el caos constante que es la ciudad. Dicen que Nueva York nunca duerme, prueben con la Ciudad de México.

Aparte de ver a la familia de mi encantadora esposa, es la comida lo que más espero. ¡La comida! Es simplemente increíble como este país, su gente y su cultura giran en torno a la comida. Así lo descubrí , ya que todos los que me rodeaban me ofrecían alimentos de izquierda a derecha. Esta vez, siendo un viajero experimentado en México, tenía en mente lo que quería comer cuando llegara aquí y, durante los primeros días, hemos estado saliendo por toda la comida que tanto extrañaba.

Si le recomendara algo cuando venga aquí… ¡pruebe los Huaraches! ¡No se arrepentirá!

La ciudad es grande, muy, muy grande. Primero noté esto en Google Maps, al ser obsesivo, revisé la ciudad antes de ir por primera vez. Sin embargo, te pega aún más cuando aterrizas en el aeropuerto que está en medio de la ciudad.

¡Siempre hay tantas cosas sucediendo en la ciudad! A su manera, es bonita y súper diversa. Dado que las divisiones de clase son tan grandes aquí, es difícil comprender cuánto tienen algunas personas y cuán poco.

La ciudad tiene metro, autobuses, grandes calles y gran infraestructura. Pero no te extrañes cuando veas un caballo comiendo heno en la esquina de una calle por la mañana. Eso es todo lo que tengo que decir.

¡Es un caos y me encanta!

Siempre que llegamos, nos inundan los regalos de la familia de E. Esto es algo a lo que no estoy muy acostumbrado. ¿Regalos de bienvenida? No estoy acostumbrado a eso, generalmente es todo lo contrario, somos nosotros los que damos regalos después de viajar.

Sin embargo, lo aprecio, me he adentrado en el espíritu de ello y es muy agradable ser recibido con regalos después de tal vez años desde que nos vimos por última vez, así como tras un largo viaje.

Es una pena que una ciudad tan grande, vibrante y bonita esté tan contaminada. Es uno de los peores problemas ambientales que tiene la ciudad. Siendo un poco gráfico, las primeras veces que vine, tuve una hemorragia nasal durante los primeros días, probablemente provocada por la contaminación y mi extremadamente sensible nariz (aunque solía sangrarme seguido de joven).

La contaminación es tanta que, a menudo, lo único que se ve en la distancia es una neblina amarilla de contaminación que cubre el "tazón" en el que se encuentra la ciudad. Es tan grave la situación que el gobierno ha implementado medidas para tratar de minimizar el problema de la contaminación de los automóviles, aunque hay muchos en la ciudad.

En los días en que está despejado y se puede ver mucho más allá de lo normal, es magnífico. El paisaje es tan hermoso, los volcanes y las montañas que rodean la ciudad. Al ver esto, uno se imagina cómo debió haber sido observar esto en tiempos de los aztecas, con sus pirámides que se elevaban en el centro del lago, los hermosos jardines y sus montañas alrededor.

Lo único que hay que decir aquí es que el COVID ha golpeado duro. Siendo un país tan grande, el virus ha sido realmente malo. Quizás no tanto como en otros lugares del mundo, pero mucho peor de lo que tendría que ser.

La gente toma sus medidas, así como los establecimientos. Los cubrebocas deben usarse en todo momento, dentro de las tiendas, en cualquier espacio que involucre a un tercero e incluso fuera de su casa. A menudo toman la temperatura y el nivel de oxígeno, al ingresar, lo cual es un aspecto positivo para poder saber tus números actuales.

¡Lo único que se puede decir sobre la comida es que es increíble! Realmente me encanta toda la comida de aquí. Como dije antes, la cultura gira tanto alrededor de la comida, que te verás inundado por una amplia selección de alimentos, la gente te dirá "prueba esto", "prueba aquello”...

Mi recomendación: pruébalo. Pruébalo todo. 10/10 en Yelp para México.

La cerveza aquí es genial. Y realmente no sé si el mundo lo sepa. Tanto en Islandia, como en Suecia (los dos lugares en los que he vivido) siempre ves las tradicionales cervezas “Corona” y “Sol'' en las tiendas. Las cuales - sorpresa, sorpresa - son propiedad de nada menos que del conglomerado Heineken e incluso son producidas por Heineken en Europa, si no me equivoco. En Europa compre Heineken, probablemente es más barato.

Estas cervezas parecen haber sido las más populares en México durante muchos años, probablemente, aún lo sean para la mayoría de la gente. Pero, ha sido interesante ver el cambio en la cultura cervecera en los últimos años desde que vine por primera vez. Al igual que en otros lugares del mundo, la cultura de las micro-cervecerías y las cervezas artesanales están en aumento y se ven muchas nuevas cervecerías por todo México, vendiendo cervezas diferentes a las ya mencionadas.

Siendo de Islandia, estoy acostumbrado a dos centros comerciales "grandes". Uno es de los ochentas y el otro es de los dosmiles, por lo que no son tan grandes. Sin embargo, aquí en México hay muchísimos centros comerciales. Varía entre los viejos centros comerciales de los años ochentas, con ese aspecto que los caracteriza, con una sensación de “ambiente moribundo". Es interesante la apertura de los múltiples centros comerciales enormes, que no están en las zonas lujosas de la ciudad. Ver todas las diferentes tiendas, las cosas que venden, así como la gran cantidad de gente y restaurantes que tienen muchos de ellos, resulta una experiencia muy distinta a la mía.

Algo que realmente me gustaría tener disponible en Islandia son los mercados, en donde puedas comprar frutas frescas y verduras cultivadas localmente. Incluso, los productores locales de quesos, carnes y otros productos podrían tener un puesto ahí. Podría haber una zona de comida, en la que varios restaurantes podrían vender más de un platillo típico islandés, por un precio más bajo que el de un restaurante. Salir a comer en Islandia es demasiado caro y, a veces, me gustaría salir, disfrutar de una bebida o una buena comida, sin vaciar mi bolsillo.

Eso es algo que realmente me gustaría que existiera en Islandia y que me encanta de aquí. Aunque en Europa existen mercados locales como estos, en Islandia parecen haber sido reemplazados, en su mayoría, por grandes cadenas de supermercados islandeses, que importan muchos de sus productos, por lo que la variedad de alimentos no es tan grande y deliciosa como podría ser.