Amigos, mi recomendación número uno para cuando visiten Islandia: renten un carro. Hay muchos tours que ofrecen llevarte de aquí para allá, pero no hay nada como la libertad de crear tu recorrido, hacer tus propias paradas a los diversos puntos de interés, conocer los lugares menos transitados de las carreteras islandesas y llegar a tu destino favorito. El sitio al que elegimos ir en esta ocasión fue a Jökulsárlón.
Decidimos hacer este pequeño viaje cuando recién llegamos a Islandia, a mediados de agosto de este año. El recorrido en sí incluyó varias escalas en distintas cascadas, la visita en el lago glaciar, hasta llegar al pequeño pueblo de Höfn en donde pasaríamos la noche. En las carreteras (no sólo las islandesas) hay que mantenerse atentos para capturar aquellos momentos únicos. A veces los borregos, otras los caballos. Quizás hasta el simple color del cielo. La belleza es la guía de tu camino.
El camino hacia Jökulsárlón
Montañas que parecen trufas de chocolate. Paisajes marcianos traídos a la tierra, musgo sobre la roca volcánica. Llegamos a nuestra escala a Vík, un pequeño pueblito que es el último rastro de civilización para las dos horas que faltaban hasta llegar a la laguna, así que era obligado pasar por algo que calmara la tripa. Arena negra, torres de basalto. Todo ello forman un preludio para el platillo principal que es Jökulsárlón.
Es impactante ver un glaciar de cerca. Vatnajökull, el segundo mayor glaciar de Europa, se asoma entre las montañas. Desde la carretera pareciera que una ola gigantesca se detuvo, congelada en el tiempo, a la espera de llevarse todo a su paso.
Un paisaje, una pintura
A la orilla del lago, en el paso por donde las cientas de personas se detienen a tomar sus fotos, hay varios letreros que explican lo que se tiene en frente, como si fueran los textos curatoriales de esta hermosa exposición de la naturaleza. Uno de ellos dice, Calentamiento Global. Y sí, ver el Jökulsárlón es un recordatorio de los cambios de temperatura en el planeta.Si bien es cierto que el lago ha existido desde 1934, es preocupante que han sido tan sólo cuarenta años para que el lago alcanzara los 18 kilómetros que tiene hoy en día. Observar los pedazos de iceberg que nadando se desmoronan hasta desembocar en el Atlántico, en cuestión de minutos. La poética del caos.
En una nota más alegre…¡HAY FOCAS!
Si a ustedes les gusta el contacto más directo con la naturaleza, pueden optar por el paseo en lanchas que los llevan a recorrer el lago y saludar a las criaturas que curiosean de cuando en cuando la superficie.
A considerar
- El clima: como en todo lo que tiene que ver con los exteriores, necesitas preparar tu chamarra, suéter, gorro y guantes, sobre todo si el clima no está a tu favor.
- Zapatos cómodos: Aunque parte de los recorridos implican estar sentado en el auto, es primordial llevar unos buenos zapatos para las caminatas.
- Cuando el esfínter toca la puerta: Sí amigos, es importante saber que después de Vík, no hay nada… literalmente, ni un arbustito. Deténganse en Vík, esa es mi recomendación.
- Hotel Edda: cualquiera que sea su destino en Islandia, donde se encuentre un Hotel Edda, es una buena opción de hospedaje en verano. Cabe mencionar que el hotel alterna como dormitorio estudiantil durante el invierno (al inicio de septiembre).
- Respeta las señales y usa el sentido común: aunque sea extraño, la cantidad de turistas accidentados es alta. Sé prudente.