Hola, este es nuestro final de la serie, el número 13 el día que Kertasníkir llegó a los hogares islandeses. Gracias a todos los que leyeron esta serie, nos ha ayudado mucho a desarrollar más cosas, llegar a más personas y continuar expandiendo este pequeño proyecto en un trabajo mucho más consistente. Ahora, volvamos a nuestro tema final: El día de Nochebuena.
Comencemos nuestro viaje.
Te despiertas alrededor de las diez de la mañana si eres uno de los afortunados que se quedan en casa este día, pero si no, es posible que estés trabajando hasta la hora del almuerzo (alrededor de las 12 del mediodía). Si eres pequeño y mocoso, es probable que este día lo pases en casa (sin escuela, ¡eso es vida!) viendo dibujos animados en la televisión. Por ejemplo hoy a las 3:00 de la tarde van a pasar El Rey León en la televisión nacional. Si eres un adulto, menos mocoso y más peludo, es posible que estés preparando la cena a la hora del almuerzo (dependiendo, por supuesto, de los tiempos de cocción). Los amigos y familiares pueden hacerte una visita durante toda la mañana para entregarte los regalos, si no lo habían hecho anteriormente. Toda esta preparación culmina hasta las seis de la tarde, hora en que, según el ritual, la gente dice que es Navidad. Antes de las seis, debes estar listo, con tu ropa elegante, toda la comida lista y todo el glamour para el festín.
Si tiene invitados, llegarán un poco antes de las seis, aunque en estos tiempos del coronavirus, asumimos que este año solo está comiendo con la gente que vive en tu hogar. Lo siguiente es extraño, al menos para mí. Tradicionalmente, la gente espera paciente hasta las seis, enciende la radio y no es hasta que se emite el sonido de las campanas de la iglesia que pueden comenzar la fiesta y declarar el comienzo de las celebraciones. "Radio Reikiavik, ¡Feliz Navidad!" dice la dama de la radio. Si eres muy religioso, lo dejarás encendido, para escuchar la misa que también se transmite, o incluso retrasar tu Navidad para asistir a una. Pero sigamos con el banquete. La gente suele comer cordero o jamón ahumado, Malt og Appelsín, laufabrauð, como guarniciones hay patatas azucaradas, coliflor y pepino en escabeche, chícharos o ensalada Waldorf. Algunos tipos refinados cenan un pájaro llamado perdiz nival 🤷🏽♀️. El llamado beef Wellington también está ganando popularidad, al menos en los estantes.
Después de la comida, los viejos y peludos comienzan a limpiar, mientras que los mocosos esperan impacientemente la siguiente parte de la noche. A veces, incluso abren un regalo anticipadamente para que se entretengan un poco , hasta que todos estén listos en la sala donde normalmente la gente tiene su árbol de Navidad. Entonces comienza el juego de la abridera de regalos. Pudiendo tomar el tiempo proporcional a la cantidad de regalos que se dan entre ellos. Otra cosa extraña que he encontrado es que no solo hay un niño a cargo de dar los regalos (incluso los que no son de ellos), sino el hecho de que lee en voz alta las cartas que los demás reciben. Permítanme explicarles por qué esto me resulta extraño. Cuando se obsequia algo en mi familia (y me parece que es lo mismo con casi todas las personas que conozco en México), das el regalo, agradeces, abrazas o besas, pues hay una conexión entre la expresión corporal de entregar el obsequio. Aquí se reduce más a un asentar con la cabeza acompañado de un “gracias”. En algún momento, se hace una pausa de la abridera de regalos, y comerás un postre, probablemente helado (como ya sabrás). Al final de la entrega de regalos, según A., la gente se sienta a charlar, según mis pocas experiencias, es hora de irse porque la abridera de regalos tomó demasiado tiempo. Independientemente de eso, es básicamente el final, la gente se va, se dan los abrazos y esas cosas. Después de eso, los que quedan en el hogar, platican un rato más y sacan sus regalos fuera de sus paquetes, es el recuento de los daños, y demás.
Para este punto ya es hora de dormir
Y eso es todo amigos. Debo mencionar que cuando pasé la Navidad aquí por primera vez, pensé que esta era la Navidad más al estilo de Hollywood que jamás había experimentado. Teníamos gorritos navideños, nieve y todo. ¡Fue salvaje! Al menos por lo que sé en México, esta no es para nada similar a la forma que celebra la gente. No sé cómo es en el mundo de habla hispana, me imagino que celebran de forma similar, pero para mí, a todo esto le faltan dos elementos clave: la música y la bebida. Y sí, he omitido a propósito un pequeño detalle, aparentemente la gente no bebe alcohol en Navidad (¡trágico!). Lo cual es muy curioso ya que, como sabrán, hay tantas cervezas destinadas a esta misma misión. Si lo hacen, no es muy común (supuestamente) ir de fiesta y emborracharse. Así que no verás aquí a tu tío borracho, ni nada por el estilo. No, no. Eso está reservado para Año Nuevo e incluso para entonces, muchas personas no pasan esta festividad en familia, sino con amigos. Luego la segunda tragedia es la falta de música. Ya saben, donde hay música, hay baile. O en el caso de mi familia, hay canto. MUCHO CANTO. Y estoy bastante segura de que no somos los únicos, dado que los vecinos nos han demostrado su talento especialmente aquella Navidad en la que compraron un micrófono y un altavoz. Chale.Todavía lo recuerdo, con cero nostalgia y un poco más de molestia, tratando de poder dormir, mientras se escuchaban a lo lejos las fiestas que seguían y seguían, más los fuegos artificiales, más los perros ladrando, más el ventilador encendido para sobrevivir al calor navideño.
En general, estoy segura de que, a través de estos 13 Capítulos, he podido confirmar que no me gusta tanto el espíritu tradicionalmente navideño, ni aquí, ni en México, y probablemente ni en Marte. Sin embargo, lo que he aprendido de vivir en el extranjero en dos países diferentes al mío es que lo divertido de tener tradiciones es crear las tuyas. Bajo esa postura, les mando un saludo a todos, les deseo felices fiestas, sean las que sean, mientras tanto continuaré mi maratón especial de 9 horas de El señor de los Anillos. Baygon.