Pues la vida universitaria empezó por segunda vuelta en mi vida. Esta vez ha sido una locura. En primera mea culpa, el pensar que podría estudiar islandés como segunda lengua a nivel licenciatura al mismo tiempo que estudio una maestría. Ya sé, ya sé ¿A quien se le ocurre? Honestamente, no pensé que pasaría el examen de admisión para la licenciatura y la maestría era algo que ya tenía planeado desde antes. Una vez que me inscribí y acepté llevar las dos cosas, me quedé como los amigos de Nemo una vez que escapan de la pecera. ¿Y ahora qué?
No les voy a contar por ahora de la maestría, tal vez eso requiere un anecdotario aparte. Pero lo que hoy les vengo a contar es la modalidad en la que nos encontramos todos: los horrores de la Zoomniversidad. Ha sido, por ahorrar tiempo para describirlo, desgastante. No sé, no tengo manera de saber si así son las clases normalmente, o si ha sido sólo por motivos de la #sanadistancia, que las clases parecen tomar más tiempo de lo que pensaba. Y no, no vamos a considerar mi graciosa decisión de hacer dos cosas al mismo tiempo.
En realidad tengo sólo tres clases. tomando en cuenta que en México, normalmente, por semestre llevaba seis, el cambio debería ser considerable. Pero no es así. Las clases son Gramática, Producción oral y Lengua islandesa. Lo que debo decirles es: olviden todo lo que les he dicho anteriormente… si quieren aprender islandés en serio, si les interesa de verdad dominar la lengua, si les gusta, si lo necesitan, mi mayor recomendación es hacer el intento de entrar a la universidad.
En particular por las lecciones de Gramática y Producción oral. Empezamos desde lo básico. Como si no supiéramos nada. La gramática desde la raíz morfológica de las palabras para entender los muchos porqués del idioma. En producción oral, además de exponer y conversar en este modo Zoom, revisamos los sonidos desde 0, de la fonética del islandés. A veces la clase consta en leer sonidos aislados para distinguir entre la a y la á, o la í y la i, lo cual es muy cotorro y, aunque al principio no lo parezca, resulta muy útil.
Olviden todo lo que les he dicho anteriormente… si quieren aprender islandés en serio mi mayor recomendación es hacer el intento de entrar a la universidad.
Reglas como los cambios de a-víxl o brottfall me han abierto un mundo de posibilidades, donde las excepciones son menos, donde existen las reglas, donde todo el caos del "esto es porque es así" deja de existir y dónde puedo dejar de traducir y pensar directo que una palabra se declina de cierta forma porque tiene determinada forma. Todavía no domino las reglas con soltura. Aún tengo que repasar, a tiempos en mi mente, otras en voz alta, cómo se declinan las palabras. Y otras veces, sin problemas, la declinación la sé, como si la supiese de toda la vida. Pequeños logros.
No todo ha sido automágico como la gramática. Aún me cuesta trabajo hablar. Tiendo a empezar una oración y me interrumpo pensando, para terminar en mi zona de confort con el inglés. Pero ahí vamos.
Lo que sí que todavía no me adapto es al ritmo de los trabajos, e insisto, no sé qué tanto esto se deba a que estamos usando plataformas digitales. Apenas estoy recuperándome de un examen de fonética cuando ya tengo el de gramática encima. Y en dos días, la entrega del escrito para lengua islandesa. Y entre todo tengo que leer, practicar, estudiar en otros sitios, resolver libros, ver vídeos… ¡ah, sí!, y además trabajar.
Independientemente de la maestría (insisto, la que realmente no ha sido realmente mi problema) , no sé cómo hubiese podido compaginar mis estudios con el trabajo. Porque las clases son de lunes a jueves por la mañana. Pero mientras la pandemia sigue, realmente me ha funcionado esta forma de enseñanza a través de la computadora. Eso sí, requiere ser especialmente autodidacta, porque hay muchas tareas sin supervisión alguna.
Sin embargo, al principio fue una locura. Estoy segura de que no fui la única (a juzgar por los comentarios expresados en las mismas plataformas) pues todo era confuso, enredoso. De los upsis hemos tenido algunos, de los malentendidos, de los links de zoom que no son, de las fallas técnicas. Incluso me sucedió que entré a una clase que no me correspondía, no sé ni cómo, no sé por qué. Parecía algo de matemáticas avanzadas. La nueva normalidad es extraña, unos parecen más aptos que otros, pero, en gran medida parece tomarnos a todos de alguna u otra forma, de nuestras debilidades. Hay quienes necesitan de la interacción que las aulas brindan, yo en lo personal, necesito dejar de procrastinar.Y con todo y tropiezos, he llegado a los llamados midterms.