Lo malo de vivir en Islandia

Lee Van Cleef, en la película "El bueno, el malo y el feo"

En general, mi experiencia ha sido positiva dentro del país, pero ... hay una que otra cosa que podría mejorar (como todo en esta vida).

En esta ocasión hablaremos de lo malo de vivir en Islandia. Les recuerdo que esta es la segunda parte de tres (la primera acá).

Detrás de cámaras

  1. Para el punto en el que redacto estas líneas ha pasado un mes. A partir de esta entrega me empecé a retrasar con el contenido del sitio, debido a que se borró el archivo donde tenía el texto que había escrito para este. No recuerdo exactamente qué decía, entonces espero ir recordando algunos de los puntos y las ideas que quería aclarar. Sin embargo, se ha convertido en el video más visto del canal por lo que quisiera agradecer a todos los que se toman el tiempo de escucharme (y leerme).
  2. La aclaración sobre “no romantizar a otros países” la quería hacer porque ha sido una motivación personal de contrastar las distintas realidades o presupuestos que se tienen sobre Islandia. Al estar tanto investigando para el sitio, como por mi propio ocio y experiencia anecdótica, he leído y escuchado una serie de mitos que, hasta a los propios islandeses les llama la atención. Espero que este ejercicio (el pensar en los matices que existen en cualquier lugar) le sea útil a quien me lea y escuche. Particularmente, es algo que me sirve para entender mejor el país y adaptarme a esta sociedad.
  3. Les sigo debiendo un video sobre cómo no pasar frío en Islandia…
  4. Al estar acostumbrada a la vida citadina, a veces, Stitch me representa
  5. Las imágenes que ilustran lo que digo son de Canva. Me sorprende la cantidad de videos que hay, algunos que son bastante chuscos.
  6. Según yo iba a sacar mi licencia este verano, pero se me atravesó la vida.
  7. Es un poco exagerado que me tome una hora en llegar a algún lugar. Pero, sí me gustaría tener la opción de movilidad sin el uso del carro, en especial cuando muchos lugares de mi interés se concentran en el centro de Reikiavik.
  8. ¡Ya por fin vimos el sol!

Referencias en el texto

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