Hace un rato que no hacemos un recorrido por las noticias islandesas… pero eso tiene una explicación. En general, muchas de las noticias son TAN locales, que ni yo misma estoy segura de entender TODO el contexto que estas historias conllevan. Pero, recientemente hay ciertas noticias que salieron a la luz y que me parecen son pertinentes de traer acá para que juntos nos enteremos de lo que se dice en los medios en la actualidad. Los tres temas son hoy por hoy, el centro de atención de los titulares.
Las elecciones
La primera con respecto a las elecciones, actualmente en Islandia se están llevando a cabo los procesos para la votación, las campañas políticas, los discursos políticos... Esta es una de esas narrativas que han permeado en los periódicos y medios de información islandesa, pero, honestamente, no tengo conocimiento completo de ello para poderles compartir con claridad los asuntos políticos. Las elecciones son para distintos cargos, incluyendo el de Primer Ministro, que es la figura máxima del gobierno. Acá la figura del presidente es más bien la representación de la sociedad, mediando las decisiones gubernamentales y la voluntad del resto de la población. La o él presidente no es elegido por medio de un partido, por el contrario, se esperaría que no tuviese una afiliación con algún partido político. Esto ya es de por sí extraño para las formas en las que en México entendemos los procesos electorales. Otra gran diferencia son las posturas políticas de los partidos. Actualmente los partidos que están al mando son Vinstri græn y Sjálfstæðisflokkurinn, que son de centro izquierda y centro derecha, respectivamente (los partidos hacen coaliciones, las cuales también son peculiares). En Islandia, los posicionamientos políticos de derecha y de izquierda, a grandes rasgos se diferencian por la presencia del Estado, las políticas económicas, sus posturas con respecto a la migración y, de lo que he investigado, su relación con la Unión Europea. Y aquí es donde se complica la cosa. Hay políticas de los partidos conservadores que bien podrían perfilarse como las de los gobiernos de izquierda en otras latitudes y otras que son más lo que tradicionalmente se esperan de estos. Por todo esto, esperaré a que este proceso culmine, para entender con mayor profundidad la política islandesa, y así compartirles en qué quedó todo este asunto.
El virus
Por otro lado, una de las grandes noticias en los últimos dos meses (podría hablar de un poco más atrás pero es desde cuando recuerdo que esto incrementó) es por supuesto, el COVID-19 y la llegada de la variante Delta en la región. Aunque en parte estoy escribiendo esto, básicamente a la pared (si tenemos en cuenta cómo funciona el internet), eso no es razón suficiente para tener un poco de prudencia de lo que comparto. Es verdad, que la pandemia ha presentado olas de contagios y las malas noticias, pero hay que poner ciertas cosas en contexto no sólo la dimensión del país, sino en conjunto con que ha habido una respuesta participativa de la sociedad (con sus claroscuros) y una preocupación por parte de ciertas autoridades por procurar la salud de la mayoría. Para nada se compara con las acciones realizadas en México, o en cualquier país hispanohablante, porque de entrada, son realidades muy distintas y creo que la magnitud de la población hace una ENORME diferencia para poder enfrentar esta crisis. Por lo tanto, me parecía que no era un momento para comentar lo que sucedía acá. Aunado a eso, no había mucho que agregar, las restricciones han sido similares a las de otros países, las discusiones caen en los mismos puntos como las que se ven en otras latitudes, y no había realmente algo peculiar para comentar acá. Para este punto una gran mayoría está vacunada, eso no ha impedido que la nueva variante sea de nuestra preocupación, pero se ha procurado regresar a una “normalidad” para poder mantener la economía a flote.
Fútbol
Un escándalo ha sacudido a la Asociación de Fútbol Islandesa (KSÍ) y a todos los miembros que la integran. Todo esto surgió a raíz de que el jugador Gylfi Þór Sigurðsson fue acusado por crímenes sexuales a una menor en el Reino Unido (actualmente el jugador es miembro del club Everton). Este caso está siendo procesado, por lo que aún se esperan las resoluciones pertinentes. Esto desató las discusiones en Twitter sobre asuntos similares sobre las figuras de la Selección Nacional de Fútbol, y a partir de ahí se volcó la atención a otro seleccionado. Resulta que un jugador llamado Kolbein Sigþórsson cometió un crimen de índole sexual a una mujer en 2017, a quien se le pagó por su silencio (en este punto hay contradicciones de acuerdo a los medios que revisé, en unos se afirma que se le pagó, en otros que ella no aceptó). Pese a tener conocimiento de estas acusaciones, la Asociación Islandesa de Fútbol encubrió la situación. Los hechos fueron escalando hasta que la Asociación tuvo que admitir públicamente que estaban enterados de lo ocurrido, producto de las presiones de diversos grupos de interés, incluyendo los patrocinadores oficiales del equipo (una reconocida aerolínea islandesa y una marca reconocida de refrescos). Ante las tensiones, el director de la Asociación renunció, lo cual fue fuertemente cuestionado por el público, ya que, se considera que toda la mesa directiva estuvo involucrada en dichas cuestiones, terminando por renunciar a sus cargos. En relación a este segundo caso, el jugador fue removido del equipo, disculpándose públicamente por su comportamiento. Además de su participación en la selección islandesa, Sigþorsson juega para el club IFK Göteborg, en Suecia, por lo que se ha pedido de igual forma su destitución. Hasta este punto, el club ha negado las demandas de la audiencia. La reestructuración de la Asociación continúa al tiempo que escribo estas líneas, por lo que la situación queda inconclusa, sin embargo, esto abrió la conversación sobre la masculinidad tóxica dentro del balompié.