Snorri Sturluson o la importancia de visitar Reykholt

La importancia de Visitar Reykholt

Hace unas semanas, como parte de la celebración de mi cumpleaños, decidimos hacer un pequeño viaje tanto para descansar como para conocer otro lugar de Islandia. El motivo principal era tratar de tomar un poquito más de sol, ya que la capital se ha visto cubierta por un sin fin de nubes grises, que parecen decididas a mantenernos en la oscuridad perpetua. Por otra parte, la decisión del dónde y cómo fue completamente idea de A., quién organizó toda la travesía. Para mi sorpresa, ha sido una de los viajes dentro de Islandia que más me ha gustado. Visitar Reykholt no es la típica visita a la Islandia moderna, la Islandia que quiere verse fotogénica para Instagram, o la del ecoturismo. No. Reykholt es testigo del origen de una cultura que se funda a través de la palabra, que se distingue por documentarlo todo, de las historias entre riñas y los logros familiares, y del placer de bañarse en aguas termales. Hoy les comparto una de las razones por las que, si vienen a Islandia, es importante visitar Reykholt, en pocas palabras: Snorri Sturluson.

1. El arte de escribir

Snorri Sturluson, descendiente de un linaje importante (el clan Sturluson), tenía muy poco qué hacer, por lo que dedicó gran parte de su vida a documentar las historias de su época. Sturluson es considerado un historiador, pero en realidad podríamos decir que las palabras eran su arte, pues poseía el don de narrar historias. Tal vez esto hoy en día suene como poca cosa, pero sus escritos forman parte importante de las piezas del rompecabezas para entender no sólo a Islandia, sino también a otros países europeos. Snorri escribió sobre mitología, sobre sus antepasados, sobre los reyes y la historia de sus linajes. Gracias a él tenemos información sobre la vida, las ideas y leyendas de la sociedad islandesa durante el medievo.

Se piensa que Snorri escribió la Edda prosaica (también conocida como la Edda de Snorri) que cuenta las historias que conocemos sobre la mitología nórdica; además se le atribuye la Saga de Egil Skallagrimsson, considerada una de las mejores Sagas islandesas (por su aspecto literario). Snorri es el autor de Heimskringla o “Círculo del mundo”, que son las narraciones sobre los reyes de Noruega y Suecia. Las historias en todas estas sagas parten de una tradición oral, entre leyendas y mitos que, como todas las grandes historias, están basadas en la realidad y endulzadas con buenas dosis de ficción. Hoy en día se sabe que no son del todo fácticas, pero se han complementado con otra información recopilada, documentos de la época, así como con los estudios arqueológicos que nos dan a entender cómo era la vida de dichas sociedades. Lo interesante acá es que Snorri sabía perfectamente que algunas de las historias, aunque increíbles, podrían ser falsas y ser parte de un imaginario colectivo. No por ello dejan de ser importantes. En el prefacio de Heimskringla Snorri nos dice:

“En este libro he escrito viejas historias, según las he escuchado contar por personas inteligentes, sobre jefes que han dominado los países del norte y que hablan danés; también [he escrito] sobre algunas de sus ramas familiares, según me han contado. Algo de esto se encuentra en registros familiares antiguos, en los que se contabilizan los linajes de reyes y otros personajes de alta cuna, algunas partes están escritas basadas en antiguas canciones y baladas que nuestros antepasados tenían para divertirse. Ahora bien, aunque no podemos decir simplemente qué verdad puede haber en estas historias, tenemos la certeza de que los hombres viejos y sabios los consideraron verdaderos”

2. El jacuzzi como espacio público

No sólo fue un gran poeta, también se destacó en su papel como hombre de leyes enfrente del parlamento o Alþingi. Snorri fue invitado por la realeza noruega para visitarlos, siendo bien recibido por el rey Haakon IV, alias “El Viejo” (quien entonces era adolescente), regalándole un barco. Por su parte, Snorri, en agradecimiento, le escribe un poema. Sturluson viajó a Noruega un par de veces, pero su hogar lo estableció en Reykholt. Ahí construyó lo que él describe como una pequeña fortaleza. A las afueras, se encontraba una pequeña agua termal, que Snorri utilizaba para bañarse en ella, la cuál es quizás la más antigua utilizada con estos fines por los islandeses. Era tal su gusto por meterse en el agua calentita, que diseñó un túnel para poder ir directamente desde su hogar hasta el jacuzzi creado por la naturaleza. Ahí solía bañarse acompañado de sus invitados para conversar acerca de política y otras cuestiones públicas. Como dato curioso, en la actualidad, los islandeses -sobre todo los de edad avanzada- gustan de ir a los balnearios públicos, donde precisamente hay jacuzzis, siendo estos parte importante de sus espacios de socialización. Recientemente se restauró la alberca de Snorri, evidentemente, la reconstrucción fue hecha a partir de los descritos de Sturluson, por lo que es probable que el lugar fuese relativamente distinto. Cabe mencionar que no se puede meter uno a esta piscina ya que, por un lado, puedes hacer enojar a los encargados de mantener el espacio histórico, y por el otro, porque la temperatura del agua contenida en ella fluctúa a tal grado que puede resultar en quemaduras graves.

3. Para Noruega, con cariño

Los escritos de Snorri son tan importantes para los islandeses, como lo son para los noruegos, ya que, cómo he descrito anteriormente, él recabó información sobre el linaje de los reyes y las historias de dicho territorio. Pero la historia no quedó ahí. Snorri fue nombrado barón por Skule Bårdsson, quien pretendía destronar a “El Viejo”, asegurando una alianza y meter cizaña dentro del parlamento islandés para unirse a los dominios noruegos, bajo el posible mandato de Bårdsson. Muchísimos años después, para ser exactos en 1947, Noruega honraría la importancia que tuvo Snorri para su propia historia con una pintoresca estatua del historiador, misma que fue obsequiada a Islandia, la cual es una réplica de una estatua que yace en Bergen. Y hay que entender una cosa muy importante, Noruega no sería la misma sin los aportes de Snorri, ya que los ideales románticos del nacionalismo noruego (expresados durante 1840 a 1867) se fundaron en la nostalgia basadas en Heimskringla, para incentivar el sentimiento de independencia de la nación, separada de los lazos que los unen con Dinamarca y Suecia. Ya nos desviamos, regresemos a nuestra historia. Las intenciones de Snorri no fueron bien recibidas de vuelta en el Alþingi. Por lo que acá es cuando se empieza a complicar los lazos de Snorri, quien poco a poco, cavó su propia tumba.

4. De la pluma a la espada

El poder de Snorri no fue bien visto por su propia familia, los Sturlungar, oponiéndose a los propósitos de Snorri. Acá empezó un pleito en territorio islandés, del que a la distancia Haakon trató de mitigar. Por otra parte, Snorri regresó a Noruega, en tiempos en que Haakon y Skule ya traían su propios conflictos (como he mencionado, Skule trataba de convertirse en rey). El rey Haakon le prohíbe a Snorri dejar Noruega, una vez que el historiador muestra señales de sus fines sospechosos, sobre todo por querer volver a Islandia. Snorri desobedece, regresa a Reykholt y continúa con sus asuntos por un tiempo. Tras el asesinato de Skule, “El Viejo”, como todo rey vengativo y consecuente con su época, decide que más vale prevenir que lamentar, y manda un comunicado a tierra islandesa para matar o capturar a Snorri. Y pues el final de esta historia termina donde empezó: Reykholt. Justo en su propia residencia, lo sorprendieron, siendo sus últimas palabras “¡No me cortéis la cabeza!”

En Reykholt se encuentra el Museo de Snorri o Snorrastofa, dedicado al escritor y a su obra. Si tienen la oportunidad, no es desperdicio, además cuentan con una selección interesante de textos sobre Islandia, disponibles sobre todo en inglés, para aprender de este y otros tantos temas.

¡Hasta la próxima!

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