Navidad con Grýla

Grýla, ilustración

Antes que nada ¡Feliz Navidad a todos! Espero que todos comieran delicioso, descansaran profundamente y, porque no, que tuvieran regalos en abundancia. Les deseo bonanza en todos los sentidos. Vamos a lo que sigue…

Dejé este último capítulo Navideño para un personaje que, en lo personal, me encantó desde que la conocí: Grýla.

Grýla es una giganta, hay quienes dicen que es mitad troll mitad ogro. La asociación del nombre Grýla con un troll, viene de distintos textos del siglo XIII, en la Edda prosaica, escrita por Snurri Sturlson aparece este personaje, del cual se dice que era una hechicera, al igual que en la Saga de Sverre, el cual comienza con la historia de Grýla. Pero no es hasta el siglo XVII, en el Poema deGrýla, que se menciona a este personaje y su relación con la Navidad.

Su aspecto es desagradable, pero ha ido cambiando a través de los años. Se ha dicho que tiene aspecto de cabra, que tiene cuernos y cola, que tiene ojos en la parte posterior de la cabeza, que tiene 15 colas, o que tiene 300 cabezas. Hoy en día, su aspecto es un poco más relajado, sin dejar de ser un poco grotesco, con una nariz prominente, verrugas y cuernos. Ella vive en las montañas, originalmente se decía que tenía una pequeña casita, pero hoy en día se piensa que vive en una cueva en Dimmuborgir . Al vivir en las montañas, Grýla y su familia no tiene mucho de dónde hacer un gran festín. Por lo que su platillo predilecto es el estofado de niño malcriado. Así como lo leen, Grýla come escuincles berrinchudos y desobedientes. Ella junto a su esposo Leppalúði, recorren los pueblos en busca de niños para la cena. Al parecer el valor nutricional de este platillo es bastante prometedor, pues les dura hasta el siguiente invierno.

Por cierto, Grýla es la matriarca de la familia, como en muchas leyendas e historias de las sagas islandesas, se suele representar a las mujeres malvadas con esposos holgazanes y desobligados. Y esa es la tragedia de Grýla (¿tal vez la raíz de su enojo?), Leppalúði, quien es el segundo o tercer esposo de Grýla (según la historia que leas), es un flojo que sólo le gusta quedarse en su cueva esperando a que Grýla le dé de cenar. Pese a eso, Leppalúði le ayuda a recolectar niños malcriados. Grýla y Leppalúði recorren la ciudad y los pueblos, poniendo a los niños en un costal, para luego hervirlos en su gran caldero. Se dice que físicamente Leppalúði no es tan grotesco como su esposa, sin embargo, es un ser malévolo. Las minucias de su relación han variado a través de los años, las cuales son dignas de una telenovela mexicana.

El primer esposo de Grýla, Boli, también comía humanos. No obstante, él murió de viejo. Según Jón Árnason, la pareja tenía 20 hijos y Leppalúði tenía un hijo fuera de matrimonio. La madre de este hijo había cuidado de Grýla cuando enfermó. Leppalúði siendo un zángano de primera, no podía con los cuidados de su esposa y sus 20 vástagos por lo que contrató a esta mujer. Una vez recuperada, Grýla mandó lejos a la mujer y al hijo. También se dice que la pareja tuvieron unos gemelos que murieron en la cuna. Pero es hasta el siglo XIX, que los hijos de Grýla adquieren relevancia en la narrativa de la pareja, pues se les asocia con su papel dentro de la Navidad, entonces su carácter malévolo se fue diluyendo.

Grýla era para los niños islandeses del Siglo XVIII una pesadilla, el Coco de antaño (antes de que Disney lo relacionara con una abuelita mexicana). Tan es así que en 1746 el gobierno islandés prohibió utilizar a Grýla como una táctica de intimidación, ya que los niños no querían salir de sus hogares.

La historia de Grýla y su familia en relación con la Navidad tiene en principio un mensaje muy claro, OBEDECE para disfrutar las fechas. Pero,la intención más interesante es que es precisamente que durante el invierno, en el cual hay penumbra la mayor parte del día, hace frío y nieva, es muy peligroso para los niños salir solos. Entonces la creación de esta historia servía para evitar algo que era común en la época, que un niño no volviera a casa y se perdiera para siempre. La familia también tiene un gato de gustos muy específicos. El llamado “Gato de Navidad” es un felino que opta por comer a niños que no estrenaron ropa en Navidad. La policía de la moda anda suelta. Se dice que la relación de este gato con el día a día de aquí era para incentivar a la gente a terminar sus prendas y apresurar el paso al tejer y confeccionar la ropa para el invierno.

¿Qué aprendimos hoy?

  1. Más vale sola que mal acompañada
  2. El estofado de niño malcriado es una buena solución para economizar los gastos en la casa
  3. Hay que correr a las tiendas, hacer el shopping, y estar al grito de la moda para que no nos coma el gato
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