Las criaturas de la nieve: Of Monsters and Men

Imagen de Billboard.com

Nota preliminar: El siguiente es un ensayo que escribí para alguna materia de la Universidad. Me pareció un tema interesante y decidí traducirlo al español para compartirlo con ustedes. Disculpen las referencias tan académicas, no suele ser el tono de este sitio.

En 2010 se llevó a cabo la competencia anual Músíktilraunir, en la que Nanna Bryndís Hilmarsdóttir, Brynjar Leifsson, Ragnar Þórhallsson y Arnar Rósenkranz Hilmarsson formaron un grupo musical para participar. Después de sumar a otros dos integrantes, Árni Guðjónsson y Kristján Páll Kristjánsson, la banda de indie folk/rock Of Monsters and Men (OMAM) se presentó en el Iceland Airwaves de ese mismo año, marcando el inicio de su camino hacia el éxito internacional. Siguiendo los pasos de actos musicales como Björk y Sigur Rós, OMAM capturó el espíritu de una nueva generación con un sonido que caracterizó el inicio de la década pasada, mientras mantenía sus raíces en Islandia, su hogar. A más de diez años del lanzamiento de su álbum debut, vale la pena revisitar un disco que no solo alcanzó el éxito comercial, sino que también contribuyó a consolidar la escena musical islandesa. Este ensayo es un análisis del concepto de borealismo en el álbum My Head is an Animal de Of Monsters and Men, con el objetivo de explicar su éxito comercial fuera de Islandia.

Lanzado en Islandia en septiembre de 2011, My Head is an Animal se volvió popular a nivel local gracias al sencillo “Little Talks”. Luego de que la canción comenzara a sonar en estaciones de radio de Estados Unidos, OMAM firmó un contrato con Universal Music Group y lanzó el álbum para el público internacional en abril de 2012. Tras el éxito del sencillo, “Dirty Paws”, “Six Weeks” y “Mountain Sound” fueron promovidos como sencillos del disco. Cabe destacar que el álbum contó con tres videoclips, además de videos líricos, producidos por WeWereMonkeys, lo que otorgó a la banda una estética visual particular y cohesiva, con referencias a la mitología nórdica y al paisaje islandés. El disco recibió críticas positivas y se convirtió en el álbum con mejor desempeño en las listas de Estados Unidos por un artista islandés, obteniendo certificación de platino en ese país.

Desde que Edward Said acuñó el término Orientalismo, el borealismo ha sido entendido como los discursos que exotizan las culturas del Norte. Como explica Nick Prior, se trata de la “significación, práctica y desempeño de la distinción ontológica y epistemológica en el poder entre el Norte y el Sur”. No obstante, el borealismo se manifiesta a través de oposiciones binarias: moderno versus primitivo, central versus periférico, rico versus pobre.

Aunque se dice que las imágenes borealistas de Islandia existen desde el siglo IV a.C., fue durante el siglo XIX, con el auge del Romanticismo, cuando esta imagen se consolidó. La identidad de Islandia, como señala Katla Kjartansdóttir, ha sido históricamente enfatizada a través de la naturaleza, el idioma y su herencia cultural. Estas implicaciones también se reflejan en la música, ya que tanto críticos como oyentes tienden a interpretar y referir a la naturaleza islandesa, la mitología o las creencias paganas al hablar de la música del país.

Fiona Tweed y Allan Watson argumentan que la conexión entre la música y el paisaje es clave para el “imaginario globalizado de Islandia”, el cual constituye un activo comercializable. Sin embargo, advierten que esta asociación puede resultar perjudicial para la percepción y difusión de nuevos artistas:

"[...] la asociación entre paisaje, naturaleza y música puede ser en ocasiones indeseable, especialmente para artistas emergentes, cuya música e identidad serán juzgadas en función de imaginaciones y estereotipos (muchos de ellos basados en Björk) sobre lo que significa ser ‘islandés’."

En el caso de Of Monsters and Men y su álbum My Head is an Animal, el borealismo no solo sirvió para conectar a la audiencia con su música, sino que, como argumentamos en este ensayo, fue el factor determinante en su éxito comercial. El “imaginario de Islandia” funcionó como capital cultural, así como ejemplo de lo que Prior denomina como la “mercantilización de la creatividad”.

Tweed y Watson exploraron esta correlación de la banda con sus raíces como un “discurso geográfico”. Sin embargo, My Head is an Animal no tuvo éxito únicamente por su relación con las conexiones islandesas, sino también por el contexto histórico y la escena musical global en la que emergió. Por ejemplo, Gestur Guðmunsson y Arnar Thoroddsen comentan sobre la banda:

"Of Monsters and Men ha cantado en inglés desde sus inicios y algunos fans desconocen el lugar de origen de la banda [...], lo que ha generado tanta influencia internacional que rara vez se cuestiona su origen."

Esta afirmación hace referencia a un video de Hallur Már Hallsson, subido al sitio web Morgunblaðið, en el que algunos espectadores de OMAM declaran no saber que la banda es islandesa. Sin embargo, la afirmación de Guðmunsson y Thoroddsen resulta engañosa, ya que posteriormente el video muestra a otros asistentes que sí reconocen el origen islandés del grupo y afirman que este hecho influyó en su gusto y preferencia, no solo por OMAM, sino por relacionarlos con otros actos islandeses como Sigur Rós.

En una entrevista con la banda para The Guardian, se les preguntó sobre su éxito en territorio estadounidense. Ragnar Þórhallsson respondió: “Gracias a Mumford & Sons [...] El momento era perfecto. Mumford abrió camino y otras bandas con un sonido similar también llegaron a Estados Unidos”. Que la banda fuera consciente de su parecido con el grupo británico de folk no es casualidad, ni, dicho sea de paso, una afirmación única. Pero las similitudes no terminan ahí.

A principios del siglo XXI, la llegada de varios grupos con un sonido común marcó el inicio de una nueva y extendida tendencia llamada nu-folk, caracterizada por un resurgimiento del folk rock, especialmente en el Reino Unido. Louis Chilton lo explica así:


“Para el nuevo milenio, las listas de éxitos estaban repletas de ritmos electrónicos elaborados con gran maestría, y los cantantes parecían provenir más de los concursos de telerrealidad que del circuito de conciertos. Con su enfoque en la instrumentación tradicional en vivo, los revolucionarios del oeste de Londres fueron un soplo de aire fresco”.

Este sonido fresco se volvió tan prominente que se podría decir que transformó las listas de música popular de la década de 2010, haciéndolas mucho más eclécticas y diversas que las de la década anterior. Como menciona Barry Walters: “Cuando Arcade Fire ganó el Grammy al Álbum del Año en 2011, y los Decemberists (brevemente) encabezaron las listas de Billboard poco después, era inevitable que empezaran a surgir locuras”. El nu-folk y el indie rock obtendrían, durante esos años, un reconocimiento que se tradujo en dominio comercial.

Of Monsters and Men no solo fue comparado con Mumford & Sons; tal vez la comparación más interesante fue con Arcade Fire (quienes recibieron favorables críticas y éxito comercial). El uso de diversos instrumentos, las voces masculinas y femeninas como protagonistas, e incluso el característico “¡Hey!” en melodías animadas, eran tan similares que Rolling Stone llegó a afirmar que OMAM era “el próximo Arcade Fire”. Otras comparaciones destacables incluyen a Edward Sharpe and the Magnetic Zeros, Imagine Dragons y Passion Pit.

La popularidad del indie folk y el nu-folk era tal que las perspectivas para OMAM eran favorables. Ace Ubas, en Beats Per Minute, sugirió que, dado el éxito comercial del género, “Of Monsters and Men definitivamente están en ese camino y no pasará mucho tiempo hasta que alcancen la cima de su éxito”.

Sin embargo, el momento oportuno y las similitudes con otras bandas no son las únicas razones detrás de la aceptación del público hacia My Head is an Animal. SisterSue apunta al posible factor diferenciador cuando se cuestiona: “¿Con qué frecuencia una banda proviene de Islandia?”. Adam R. Holz, por su parte, prepara el terreno para nuestro análisis cuando afirma:

“[...] si bien Of Monsters and Men suena un poco como otras bandas populares en el resurgimiento global del movimiento folk en estos días, la temática de las canciones del grupo suena como una extraña historia mitológica que nunca antes has escuchado”.

Entonces, surge la pregunta si es que, en efecto, no habíamos oído algo así antes.

My Head is an Animal cuenta con Nanna y Ragnar en las voces, mientras que la instrumentación incluye guitarra acústica, batería, acordeón y trompetas. Para comprender cómo el borealismo influye en la recepción de la música de OMAM, es importante señalar que el encanto y la particularidad percibidos en su música remiten constantemente a la imagen exótica de Islandia. Por ejemplo, al hablar de las voces de la banda, Mary Clare Durel señala que “mantienen el sabor de sus acentos islandeses en un inglés nítido: el de Hilmarsdóttir, a menudo entrecortado y roto, pero dulce y claro; el de Þórhallsson, melódico y sinceramente infantil, a falta de una descripción más técnica”.

Esto merece destacarse, ya que la banda eligió cantar en inglés porque “les funciona mejor”, considerando que el islandés es “un idioma muuuy brooooguuuh – lleno de eeeerrrrresss y ruidos guturales”. El borealismo cumple aquí un papel interesante: aunque no utilizan el idioma islandés per se, su acento extranjero añade otra capa a la atmósfera sonora de su música.

Pero es en las letras del álbum donde se percibe la mayor referencia a una imagen de Islandia, que coincide con lo que Katla Kjartansdóttir defiende como la visión romántica de este país nórdico. La banda mencionó que las letras, aunque son alegorías de sus experiencias personales, se han inspirado en cuentos populares islandeses. En particular, Nanna señala que eran historias de su abuelo, y comentó:

"Nuestro pueblo [islandés] está muy acostumbrado a contar historias. Son como esas viejas historias nacionales que se han conservado durante cientos de años y que siempre nos cuentan de niños. Historias de elfos, troles y cosas raras que suceden, estamos acostumbrados a eso, y probablemente por eso nos son comunes estas letras narrativas."

Tomemos como ejemplo el tema de apertura, "Dirty Paws", que dice: “La libélula se escapó / Pero regresó con una historia que contar”. Lo que sigue es una historia ambigua en significado pero llena de un imaginario: la historia de una guerra entre bestias peludas y unas abejas para recuperar la tierra de un bosque “de árboles parlantes”.

Otros temas no solo incluyen referencias a cuentos populares, sino que se inspiran en el propio paisaje de Islandia. Laurence Day afirmó que este recurso es algo que “las bandas islandesas nativas suelen usar”. El último tema, “Yellow Light”, por ejemplo, que se refiere a alguien que se ahoga, literal o metafóricamente, contiene los versos “Mar frío y oscuro / Tus olas me mecen”, siendo el océano un recurso predominante en las letras del álbum. Montañas, costas, pesca, barcos... la lista podría continuar respecto a cómo ellos hacen referencia a sus orígenes.

Barry Walters, en su reseña de Spin, también lo señala:

"Y, como tantos artistas nórdicos, componen melodías pop clásicas sin siquiera intentarlo, con interpretaciones discretas, conmovedoras y sin afectación, simplemente porque estos tipos melancólicos de latitudes altas están cultural y genéticamente programados de esa manera."

Ese cable “cultural y genético” al que se refiere Walters sirve como confirmación de la visión romántica de Islandia que Katla Kjartansdóttir identifica como temas herderianos: “como el entrelazamiento natural/biológico del hombre, la herencia y la naturaleza”.

Conclusión

En 2013, la canción "Dirty Paws" se utilizó en la banda sonora de la película estadounidense La vida secreta de Walter Mitty. Esta misma canción también formó parte del tráiler promocional de la película. Dirigida, protagonizada y producida por Ben Stiller, la historia se desarrolla parcialmente en Islandia, aunque fue rodada íntegramente en la isla. La película ofrece, en sí misma, una visión romántica de Islandia, continuando la narrativa de la tierra de la naturaleza, que lleva a un hombre común a la aventura, lejos de la vida urbana. Si bien no puedo afirmar que esta película haya convertido a Of Monsters and Men en el sonido de Islandia, considero que es uno de los muchos ejemplos de cómo se pudo globalizar la imagen sonora del país.

Aunque el momento fue favorable para la banda, apareciendo en el panorama musical durante el renacimiento del género indie rock/nu folk, el éxito de la banda no puede justificarse únicamente por lo que Dave Simpson reduce a "canciones fabulosas que combinan lo folklórico con lo épico, y coros instantáneamente contagiosos con grandes 'la la la' y 'hey hey'". El objetivo de este ensayo fue reflexionar sobre cómo en My Head is an Animal funcionó, el “ser islandés” en realidad funcionó como un diferenciador para la banda, y posiblemente, cómo esto podría beneficiar a otros actos de la región nórdica, especialmente en su éxito comercial.

El borealismo jugó a favor de Of Monsters and Men, pero este estereotipo musical podría, eventualmente, llevar a la industria hacia sonidos repetitivos y sin inspiración. En cuanto a OMAM, tras el éxito de My Head is an Animal, llegaron Beneath the Skin y Fever Dream, y aunque han experimentado con su sonido en otras direcciones, afirmando que “cuando mucha gente oye nuestro nombre, piensa en nosotros como una banda acústica folk. Nunca hemos sido una sola cosa. Hoy en día, nos sentimos libres de ir a los extremos”, temáticamente siguen guiñando, de una forma u otra, hacia Islandia.

Referencias

Ir arriba